Cuando te estás planteando una reforma integral o la construcción de tu nuevo hogar, hay factores que debes priorizar antes de empezar la obra. Uno de ellos es la elección de los materiales y en la cima de estas decisiones: escoger el mejor suelo para cada estancia. Y os preguntaréis, ¿por qué este acabado es más importante que el resto? Hay que tener en cuenta que el suelo es un punto determinante para dar personalidad y carácter a tu casa. No solo afectará visualmente a todo tu hogar, sino que se le añade un componente sensorial indudable. Cuando pisas un tipo de suelo u otro, la diferencia puede ser abismal, así como el tacto, la calidez o el ruido que se produce al pasar por encima. Por esta razón, cuando vayas a escoger el acabado del suelo, no debes fijarte solamente en la estética final o el precio, existen otros factores como la durabilidad, las condiciones de mantenimiento y la instalación que debes valorar según tus necesidades.
Antes de elegir el tipo de suelo para tu casa, te aconsejamos que revises algunos de los errores más comunes a la hora de reformar una casa y los pasos que debes seguir en una reforma integral. Os lo contamos en estos artículos:
Las 7 fases de una reforma integral [PUNTOS CLAVE]
Errores que debes evitar al reformar tu casa
En el mercado existe una gran variedad de materiales para revestir el suelo, pero en este artículo os hablaremos de los 6 tipos más comunes:
- Suelos laminados
- Suelos de madera
- Suelos de piedra natural
- Suelos de vinilo
- Suelos de baldosa
- Microcemento
A continuación, detallaremos cada uno de estos materiales con algunas de sus características para que te sea más fácil escoger cuál se ajustará mejor a tu hogar. ¡Vamos allá!
Suelos laminados
Estos suelos tienen la capacidad de imitar el aspecto de la madera, la piedra, los textiles o algunos metales, pero con un mantenimiento mucho más sencillo que la mayoría de ellos. Estos pavimentos están formados por láminas de bajo espesor y resultan muy fáciles de instalar y son económicos. Por estas razones, su popularidad ha aumentado en los últimos años.
Un inconveniente es que no es muy resistente al agua, así que no es recomendable para los baños o, en general, para viviendas expuestas a grandes zonas de humedad.
Suelos de madera
El espesor de estas láminas suele variar entre 1,5 y 2,5 cm. Hay decenas de maderas que se pueden usar para pavimentar el suelo de una casa y dependiendo del país, abundarán unas u otras. Si, aun así, no os convence alguno de los tonos base natural de las maderas, se pueden usar tintes y barnices para modificar el tono y el brillo de la pieza.
Una de sus mejores calidades es la calidez o naturalidad que transmite al hogar, además de ser un material muy agradable al tacto. Por el contrario, la madera es un material aislante y muy absorbente, por eso no es recomendable utilizarlo en caso de qué tengas planeado colocar un suelo radiante ni en zonas húmedas, como el baño o la cocina.
Suelos de piedra natural
Este tipo de suelo tiene un funcionamiento muy similar al gres, son resistentes a la humedad, compatibles con suelos radiantes y tienen una larga durabilidad. Uno de los factores que los hace destacar en el corazón de muchos usuarios es que cada piedra es única y su resultado puede ser espectacular. Este material es muy común en los suelos de la cocina.
Su espesor es mayor que la mayoría de los pavimentos y oscila entre los 2 y 4 cm. Esto, sumado al elevado peso de las piezas y su fragilidad al transportarlas, aumenta su precio y tiempo de instalación.
Suelos de vinilo
Este acabado es muy similar al suelo laminado, pero gracias a su composición en PVC, lo hace un material mucho más impermeable y resistente al agua. Además, son muy flexibles y eso dificulta que se rompan con facilidad. Sin mencionar, que es la opción más económica en el mercado. Pero hay que informarse bien de si este tipo de suelo es adecuado para tu casa o la estancia donde tienes planeado colocarlo. ¡A veces lo barato sale caro!
A causa del bajo espesor de sus piezas, los suelos vinílicos suelen pegarse con un adhesivo, sin necesidad de utilizar ninguna base. Además, su mantenimiento es mínimo y de fácil limpieza. No obstante, si algunas de las piezas se rompen o se manchan no se pueden lijar ni modificar, hay que sustituir toda la pieza.
Suelos de baldosa
Este es el tipo de suelo que se suele utilizar en baños o cocinas. Antiguamente, se utilizaba en varias estancias de la casa, pero debido a su fragilidad, actualmente solo se emplea en pequeñas zonas. La cerámica y la porcelana son algunos de los materiales de baldosa más usados.
Entre sus ventajas, encontramos su precio económico, su fácil instalación y una gran impermeabilidad, gracias a su parte vidriada. No obstante, es un material delicado, propenso a las grietas y no son cálidos al tacto.
Microcemento
El microcemento es un tipo de suelo continuo y sin juntas. Una de sus ventajas más populares es que se puede aplicar encima de revestimientos ya hechos, sin tener que quitar el suelo y además, evitando costos. No existe mucha variedad con este acabado, pero sí que se puede alterar el color, la rugosidad o el brillo de la pieza.
Este acabado no se agrieta con facilidad y es muy versátil, por lo que se podría aplicar en cualquier estancia de la casa. Tampoco necesita ningún material de soporte y es impermeable. Una de sus desventajas es que requiere un mantenimiento más delicado que la mayoría de los materiales. Sobre todo durante el primer mes después de su colocación, hay que tener mucho cuidado, evitando arrastrar algo por encima, rallar-lo e incluso limpiarlo. Aun así, si se acaba dañando con los años, se puede colocar una nueva capa sobre la zona dañada, ¡y listo!
Como has podido ver, cada material tiene ciertas ventajas y desventajas, así que ahora te toca valorar cuáles son tus prioridades a la hora de elegir el tipo de suelo. En VadeCasa I+ sabemos que puede ser una tarea ardua y por eso, nos encargamos de todo. En todas nuestras reformas integrales y obras de construcción desde 0, estudiamos las características de la casa y los requisitos de nuestros clientes, para que encontremos la mejor solución para cada hogar. ¡Nos adaptamos 100% a ti!
Si te ha quedado cualquier duda o estás pensando en reformar tu casa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que te asesoremos, ¡sin compromiso!